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miércoles, 23 de diciembre de 2020

NAVIDAD

 XXXV.

El gerente de la empresa, aparte de regalar un Canastón Navideño a sus empleados, les obsequió una gallina, la cual debía ser entregada el momento en que marcaran tarjeta de salida, en la tarde de Noche Buena. Con la ausencia del jefe, todo el personal decidió hacer un intercambio de regalos aquel mismo día, donde las botellas para el brindis fueron pocas. Cuando ya estaban completamente ebrios cantando y bailando, llegó el encargado de la granja avícola en un jeep. Sin perder tiempo el granjero empezó a entregar a cada empleado una gallina. Sorprendidos muchos, molestos otros hacían sus reclamos, mientras el criador entretenido explicaba que era así el contrato, que no podía hacer nada; las aves debían ser entregadas vivas. El momento de ir a sus casas los trabajadores hacían un jocoso espectáculo; llevaban como si fueran mascotas a sus gallinas atadas por el pescuezo, mientras ellos zigzagueaban por las calles.