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lunes, 28 de septiembre de 2020

PERROS

 XXVI.

–Abuelita, no entiendo ¿Cómo es que odias tanto al vecino?, sin embargo; todos los días les das tanta comida a sus perritos.

–Los animalitos no son culpables de que su dueño sea un crápula.

–Ahí viene el vecino seguro para agradecerte.

–¡Señora, le voy a pedir por favor que deje de alimentar a mis perros, me llenan toda la casa de mierda!

–¡Si lo sé! Ahora salga usted de mi césped.  


lunes, 21 de septiembre de 2020

CENA DE ENAMORADOS

 XXV.

La joven pareja había acordado cenar en un lugar distinto al que acostumbraban. Eligieron un refinado restaurante de comida japonesa tradicional. El mesero tomó su orden tratando de explicar vanamente en qué consistía el exótico plato. Los enamorados asintieron esperando ser sorprendidos. Después de unos minutos el mesero pasó por su lado con un cuenco de comida, un fuerte barullo se escuchó en la cocina por lo que el mozo dejó el plato en la mesa contigua acudiendo apresurado a ver lo que ocurría. Los amantes sin hacer ningún drama cogieron la comida, la llevaron a su mesa y comenzaron a degustarla comentando que el arte culinario japonés tenía sabores extraños. Cuando les faltaba poco para terminar de comer, se acercó la dueña del local y pidiendo disculpas retiró el plato arguyendo que eran las sobras de comida que invitan a los perros. El mesero se acercó de inmediato con la bandeja de comida encargada por la pareja, éstos se miraron a los ojos asustados y de vergüenza pidieron que la empaquetaran para llevar.


viernes, 11 de septiembre de 2020

CONVICCIÓN

 XXIV.

Llegó la época electoral donde once candidatos se disputaban la presidencia. Esto alegró mucho a don Luis que vivía en el área rural. Como es habitual en éstas épocas, los candidatos llegan al pueblo uno tras otros haciendo campaña, llevando; azúcar, harina, sardinas, fideos y distintas promesas con la intención de comprar un voto. Don Luis participaba de todas las proclamas, cambiando cada día de partido y haciendo caso omiso a la crítica de sus vecinos. Uno de ellos le dijo que no tenía convicción. El anciano le contestó que sí, que tenía una muy fuerte convicción, que siempre tuvo una sola convicción y ésta era la de no morir de hambre.  


domingo, 6 de septiembre de 2020

POLÍTICOS Y HUEVOS

 XXIII.

Entró cuando el ampliado del Partido Comunista estaba en media reunión. Dejó su carta de renuncia en la testera y fue inmediatamente leída. Todos en el congreso sorprendidos de perder a tan antiguo partidario, generaron un caos en la reunión. Uno de sus oponentes ideólogos tomó la palabra e increpó de traidor y tránsfuga. Otro colega confirmó los rumores de que se había cambiado al Partido Neoliberalista.  Antes de salir le gritaron que era un gallina “pasa, pasa”. El aludido dio un giro en el marco de la puerta y gritó sobre la voz de todos; –¡Señores!, yo no tengo por qué dar explicación de mis acciones, además sepan que el político es como el ¡huevo! –la gente calló y prestó atención al viejo izquierdista. Uno de los presentes le preguntó– ¿Por qué hace usted esa comparación camarada? –El anciano continuó enojado– El político es como el huevo señores, porque ¡si no se pasa está frito! –y se fue, mientras se reiniciaba el caos en el recinto.


miércoles, 2 de septiembre de 2020

ÉL LA ASESINÓ

 XXII.

Todo el día cantaron, bailaron y bebieron al compás de un nacarado acordeón. El agradable clima hizo que el día de campo de la cofradía sea un éxito. Con la menguante luz del sol decidieron retornar a la ciudad. El chófer del microbús calentó el motor y lo movió a la carretera mientras la gente terminaba el ultimo trago. Cuando retornó al grupo de amigos, un aire de tristeza y desapruebo se había apoderado de los cofrades. Uno de ellos llorando amargamente al verlo dijo; “Es el, él la asesinó”. Al conductor se le volcó el corazón del susto, pensó que había atropellado a alguien, preguntó a uno y otro, pero todos movían la cabeza con desaprobación. Luego se supo que alguien resguardó el acordeón debajo del bus, para que nadie tropezara con él. Sin percatarse el chófer había destrozado el afable instrumento cuando movió el carro. Los cofrades tristes retornaron a la ciudad regañando todo el camino al asesino de la música.