XXV.
La joven
pareja había acordado cenar en un lugar distinto al que acostumbraban. Eligieron
un refinado restaurante de comida japonesa tradicional. El mesero tomó su orden
tratando de explicar vanamente en qué consistía el exótico plato. Los enamorados
asintieron esperando ser sorprendidos. Después de unos minutos el mesero pasó
por su lado con un cuenco de comida, un fuerte barullo se escuchó en la cocina
por lo que el mozo dejó el plato en la mesa contigua acudiendo apresurado a ver
lo que ocurría. Los amantes sin hacer ningún drama cogieron la comida, la
llevaron a su mesa y comenzaron a degustarla comentando que el arte culinario japonés
tenía sabores extraños. Cuando les faltaba poco para terminar de comer, se
acercó la dueña del local y pidiendo disculpas retiró el plato arguyendo que
eran las sobras de comida que invitan a los perros. El mesero se acercó de
inmediato con la bandeja de comida encargada por la pareja, éstos se miraron a
los ojos asustados y de vergüenza pidieron que la empaquetaran para llevar.
Ja ja ja, que buena. Interesante relato
ResponderEliminarNoooo 🤣🤣🤣
ResponderEliminarJajaja, buenísimo
ResponderEliminarJajaja, buenísimo
ResponderEliminarPobres jejje..
ResponderEliminarGggg mucho cuidado los platos japoneses...
ResponderEliminarMucho cuidado al pedir comida japonesa ggg
ResponderEliminar😲😂😂😂😂😂
ResponderEliminarMas vale lo viejo conocido??? Jejejeje
ResponderEliminarJajaja por eso prefiero mi ranguita jajaja
ResponderEliminarJa, ja la gula. Buen relato. Además de buen humor. :)
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