XLV.
La familia
del novio en ceremonial acto pidió la mano en matrimonio de la joven muchacha.
El futuro suegro se opuso argumentando que aún eran jóvenes y que debían
terminar sus estudios. La jovencita rogaba casi de rodillas la bendición a su negligente
padre hasta que, entre lágrimas, confesó que estaba embarazada tres meses.
El hombre ardió en cólera, comenzó a gritar queriendo dar una paliza a su hija.
Los presentes trataron de impedir aquella agresión con forcejeos. Escuchando el
griterío entró a la sala el hermano mayor de la novia, que había llegado ese
momento de algún festejo. Como se encontraba ebrio pensó que estaban faltando
el respeto a su padre, así que comenzó a repartir golpes a los visitantes,
estos a su vez se defendieron terminando la petición de mano en una pelea
campal. En el juzgado las familias ni se saludaron.