Arcoíris que germina de la tierra,
bendice con sus nobles colores
la radiante vestimenta ritual
con la que danzaré para la santa.
Ecos heredados en las pisadas
como un latido de rebelión
resuenan en las espuelas de
ojotas curtidas del áspero furor.
Envuelto en el misticismo carnavalero
bailo con el fuego de la renovación
a través del espejo de la existencia,
hasta caer de rodillas en el altar.
El ciclo se cierra en la armonía
de una wajra que tañe su último aliento.
Mi alma reposa en los pliegues
de mi vestimenta, la danza a terminado.
buena Quiño, a ver si haces algo para la Tarkeada
ResponderEliminarbuena Quiño, a ver si haces algo para la Tarkeada
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