II.
Despertó
con la fragancia a café. El ruido de la ciudad tocó la ventana como un día
cualquiera. La perfección de las notas en el estéreo hizo que la abrazara. Ella
contenta empezó a bailar y cantar. El primer día del resto de sus vidas.
Sonrieron alegres, ambos sabían que la separación era inevitable.
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