XV.
Mientras
tomaba una cerveza en la barra, observaba como alegres sordomudos bebían botella tras botella al otro lado del bar. Entre señales y muecas se notaba que la pasaban muy
bien. Su silencio no era una limitación para compartir hermanados suculento licor. Llegó la media noche y el cantinero me
dijo que ya era hora de cerrar. Mientras apuraba la copa en largos sorbos, le pregunté
si sabía alguna señal para indicarles a los sordomudos que dejaran la cantina, me
miró sorprendido, sonrió malicioso y con voz irónica dijo; “Simplemente apago la luz”.
Jajaja pobres sordo mudos directo les caía la noche
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ResponderEliminarMuy bueno.
ResponderEliminar😅🤣😅🤣😅🤣😅
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